martes, 28 de septiembre de 2010

Corazón de Otoño


Cuando la naturaleza cambia su color y se tiñe de tonos rojizos y dorados, los días se vuelven cada día un poco más cortos y las noches más largas y frías…
Llega el otoño, y algunos corazones anhelan encontrar calorcito.

Un calor tierno y compartido, disfrutar de unos momentos donde una leve caricia, un susurro, un abrazo, vale más comparado con toda una vida solitaria.
Buscar el murmullo de tu corazón que se esconde tras tu propia voz, y a veces te huye, y encontrar besos que dejan suspiros.

Entre luces y sombras dicen más las miradas que las palabras, dicen más los gestos que cien enciclopedias, dicen los suspiros lo que por mucho tiempo callamos.

Maravillosa estación para recordar con ternura la calidez de un afecto, de no desesperar y caer en la melancolía sino de disfrutar sin preocupaciones de nuestras emociones.

“Es la esperanza esa cosa con plumas que se posa en el alma, y sin palabras su canción entona, y nunca se calla” (Emily Dickinson).

“Él se enamoró por primera vez… Ella se enamoró para siempre”
"El tiempo nunca podrá separar el ala del pájaro.
Pájaro y ala juntos caen como una pluma.
Nada que haya volado alguna vez,
ni la alondra ni tú, puede morir como mueren los demás."





miércoles, 15 de septiembre de 2010

Al calor de las palabras

Me susurras unas palabras que me calientan el alma, me regalas unas sonrisas que me hacen sonrojar, me rozas con unas leves caricias que me despiertan los sentidos.

Me pierdo en ese azul intenso con el que me miras, enmudezco, e intento inútilmente recuperar la cordura.

Me muero por explicarte, sentirte, tenerte... y ahora vuelvo a mirar a mi alrededor y me pregunto si ya me conoces.

martes, 25 de mayo de 2010

El corazón en crisis

El amor ha sido devaluado esta mañana, los inversores han perdido el interés.
El cariño, el afecto, la pasión… peligran de correr son su mismo destino.

Hubo un tiempo en que soñaba con príncipes azules y finales felices, donde en vez de perdices (que no me gustan) me daba un atracón de percebes y ostras de órdago, regado con un buen cava muy muy frío.

Hoy en día el príncipe me da igual que sea verde, pero eso si, me niego en redondo a creer que la frialdad de los business ha contagiado a la humanidad, donde muchas veces las relaciones que mantenemos parecen ser contratos comerciales y simples transacciones, eso si muy educadamente: -señorita se la puedo meter?

¿Pero que leches cuesta ponerle un poquito de pasión y cariño?

Hay hombres que son más simples que el mecanismo de un botijo, otros ya han alcanzado la categoría de botijo rústico, pero aún no salgo de mi asombro cuando te cuentan historias propias de la era de las cavernas: Llegas a casa después de trabajar, recoger los nenes del colegio, comprar algo para cenar y aparece por la puerta un señor con un garrote en la mano quejándose que aún no esta lista la cena… y lo peor: -¿no habrás ido así a trabajar? ¿Qué se te ve todo?... ya os podéis imaginar por dónde le metía yo el garrote!

La gran mayoría de las veces con un poquito de dulzura y cariño el resultado sería distinto y muchísimo más agradable. Por eso me niego a creer que el corazón esté en crisis.

Es tan sencillo como sonreírle a la vida, relajarte, disfrutar, cuidar de las personas a las que quieres, y dar millones de besos y abrazos que son gratis.

P.D: “Ternura es la pasión en reposo”